Mi estancia de rehabilitación en MedifitReha en Dénia fue exactamente lo que necesitaba. Vivir con EM significa enfrentarse no sólo a limitaciones físicas, sino también a retos emocionales, y en MedifitReha me sentí apoyada en ambos aspectos.
El programa es intensivo, muy profesional y personal. Entrenaba tres, a veces cuatro horas al día, cinco días a la semana, siempre adaptado a mis capacidades. Este nivel de intensidad, atención y concentración no es posible en Holanda. Sin embargo, nunca me pareció demasiado.
El equipo sabía exactamente cómo desafiarme de la forma adecuada.
Noté mejoras reales: más fuerza, más masa muscular, mejor equilibrio y, lo más importante, más confianza en mi cuerpo. También aprendí a aceptar ciertos límites, lo que me dio tranquilidad. Al fin y al cabo, todo el mundo tiene limitaciones, algunas debidas a la enfermedad, otras a la edad o a las circunstancias de la vida.
La hidroterapia diaria fue especialmente útil: ejercitarme en agua caliente me permitió moverme con libertad y seguridad, sin miedo a caerme. Era la forma perfecta de trabajar el equilibrio y la estabilidad central. También me gustó el entrenamiento cognitivo con las gafas de RV: fue divertido y lúdico, pero desafiante al mismo tiempo.
Otra parte importante del programa era el apoyo psicológico.
